Desde la comunidad de Tocaña, en el municipio de Coroico,
se prepara un grano de café que lleva historia propia y transmite el sabor de
las tierras afrobolivianas. Este domingo se realizará la presentación de esta
nueva línea de café artesanal en el Centro de Interpretación Cultural
Afroboliviano de Tocaña.
Para que un café de calidad sea degustado deben pasar
entre tres a cuatros semanas desde su cosecha en los plantines, explica
Angélica Zabala, emprendedora que cuenta la rica historia de esta bebida elaborada
desde que la comunidad de Tocaña comenzó a plantar las semillas de café a
mediados del siglo XIX.
Zabala cuenta que el pueblo afroboliviano tiene
una relación centenaria con el café, pues es en la zona de Coroico que se comenzó
a utilizar los primero plantines y cuyo cultivo perdura hasta hoy, pese a la
diversificación que hubo en este tiempo, con la producción de cítricos y coca,
en esas tierras tropicales del departamento de La Paz.
“El café en Tocaña tiene mucha tradición, desde que hicieron
llegar los primeros plantines a los pobladores que se dedican desde siempre a
la agricultura de autosustento”, recuerda la joven.
Por ello, agrega, el café de Tocaña es el desayuno de los
niños y sus derivados, como la sultana o el “tumba negro”, también son parte
del día a día y las festividades de la comunidad.
EL RITUAL DEL CAFÉ
Para lograr una taza de café con el aroma, textura y las
cualidades propias de Tocaña, pasa todo un proceso de producción artesanal que
puede demorar hasta tres semanas, explica Zabala.
Primero se cosechan los granos de los plantines, toda la familia
se levanta temprano y sale a la recolección. Inmediatamente se pasa al lavado y
luego al secado de los granos, luego se procede al tostado en fogón, siempre
seleccionando los mejores granos del café.
En Tocaña no se tiene maquinaria, el trabajo es artesanal,
desde el tiesto en ollas de barro o el uso del molino de madera que sirve para
pelar el café “haciendo doler el brazo”, es decir, a puro esfuerzo.
“Como son diferentes funciones, participan muchas manos,
todos suben al cafetal para cosechar, unos recogen de los plantines y otros se
dedican a pelar, pero para el tueste son las mujeres las que se encargan de
tostar, de controlar el fogón y de levantar el café para hacerlo enfriar antes
que se queme”, detalla Zabala.
La producción de este café es artesanal y por ahora
limitada, pero se proyecta que las familias vayan incrementando esta tarea para
cubrir el mercado nacional y, por qué no, pensar en la exportación del sabor de
Tocaña.
EL SUEÑO DE LOS PRODUCTORES
Tocaña es una pequeña comunidad ubicada en Coroico, con
unos 250 habitantes de origen afroboliviano. El Centro Cultural Afroboliviano
de Tocaña invita a la población a tener una experiencia de turismo comunitario
en esta presentación y degustación de esta nueva línea de café.
“Los productores quieren ver su café embolsado. Ellos
tienen ese sueño”, concluye Zabala, con la confianza de que este evento del
domingo 12 de noviembre permitirá visibilizar a esta comunidad y su producción
cafetalera.
De inicio, el grano de Tocaña se puede degustar en el Café Tostaduría Romance, ubicado en la plana baja del Shoping Norte en pleno centro de la ciudad de La Paz.
“Estamos apoyando el lanzamiento del café y el evento del centro cultural. También estamos haciendo degustaciones y luego ofreceremos a la clientela este producto que se cosecha en esta tierra privilegiada de Tocaña, con todos los perfiles sensoriales que nos ofrece este café”, explica Nelson López, barista profesional y propietario de Café Tostaduría Romance.
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